Teresa recupera las cartas que escribió a una amiga muchos años antes. Sus preocupaciones de entonces están ante sus ojos, en letra impresa. Ahora es otra persona y siente la necesidad imperiosa de comunicarse con la Teresa de entonces. Esta pequeña y deliciosa obra pertenece al género epistolar, clásico de la literatura, pero a la vez son memorias, una crónica social, un retrato intimista... Probablemente, todo al mismo tiempo. Destacan en ella dos cualidades inexcusables: sentido del humor y originalidad en las reflexiones que hace la protagonista, lo que contribuye a su amenidad y al buen sabor de boca resultante.